¿Arribaremos a un fenómeno de “infoexclusión social” como
consecuencia discriminatoria de la brecha digital?
El concepto de “brecha digital”,
término derivado del inglés “digital divide”, acuñado por primera vez en el 1982
por la Comisión Maitland
(Conferencia de Plenipotenciarios de la UIT celebrada
en Nairobi, en 1982, que creó la Comisión Independiente para el Desarrollo Mundial
de las Telecomunicaciones) está bastante conceptualizado por expertos
en la materia y puede ser visto desde diferentes puntos de vista relacionados
con la Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (NTIC) como ser:
Según aspectos cualitativos y cualitativos del
acceso
Según explica Pippa Norris, la brecha digital se manifiesta fundamentalmente en
tres ámbitos, lo que califica, según sus propias palabras como a) la “brecha global” (diferentes tasas de
penetración de las NTIC entre países), b) la “brecha
social” (diferentes tasas de penetración de las NTIC entre los
ciudadanos que participan dentro una nación) y c) la “brecha democrática” (diferencias
socio-económicas entre las personas que participan y aquellas que directamente
ignoran las NTIC).
Según aspectos cuantitativos del usuario
Basan sus afirmaciones en conceptos estadísticos sobre el nivel de
acceso a las NTIC, estableciendo sus conclusiones según variables
socio-demográficas tales como: población, lugar de residencia, nivel de
ingresos individual y familiar, edad, género, raza, etnia, escolaridad, etc.
Según el paradigma de acceso al ancho de banda
Jan van Dijk define
cuatro dimensiones en el acceso: a) la motivación real que tiene el usuario
para acceder, b) el acceso efectivo, c) las competencias del usuario para el
acceso y, d) el acceso para otros usos (avanzados y/o sofisticados).
Por el contrario, no es nada fácil obtener una visión clara en lo que
popularmente se ha dado en llamar “el
analfabetismo digital”. Si bien existe consenso en que el concepto
refiere al nivel de desconocimiento que una persona tiene de las NTIC, no está
para nada claro, cual debe ser el “nivel”
y el “grado” de conocimientos que una
persona debe tener en las NTIC para que no se la califique como un “analfabeto digital”.
Reflexión final: el analfabeto digital en
el futuro… ¿será objeto de discriminación?
Autor: Lic. Luis Urdampilleta
Copyright 2012 Luis
Urdampilleta
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